miércoles, 16 de abril de 2014

Pasado, presente y futuro

Les traigo otro cuento llamado Pasado, presente y futuro el cual fue tomado del libro El Zen habla de Tsai Chic Chung. Esta en forma de presentación en Flash, solo debes hacer clic sobre la imagen en la diapositiva para cambiar.


martes, 15 de abril de 2014

La reliquia del general

Les presento este cuento del libro El zen habla de Tsai Chih Chung titulado "La reliquia del general";que lo llevé a una presentación en formato Flash, es interesante porque yo lo he vivido y seguramente muchos otros también.

Para cambiar las diapositivas solo haces clic sobre ella.


lunes, 3 de marzo de 2014

Prácticas y técnicas del Budismo Chan


El Maestro Hui Neng dijo a la asamblea,
En esta escuela, la meditación sentada, básicamente no fija a atención en la mente y no fija la atención en la pureza. También no es inmovilidad. Si ustedes hablan de fijar la atención en la mente, la mente es básicamente engañosa; porque conocemos que la mente es una ilusión es que no hay fijación en la atención. Si hablas de fijar la atención en la pureza, la naturaleza esencial de las personas es originalmente pura; son los pensamientos falsos lo que cubren la realidad como tal - simplemente no tengan ideas falsas, y la naturaleza esencial es pura en sí misma. Si activaron la mente para fijar la atención en la pureza, ustedes crean la ilusión de pureza.
La ilusión no tiene lugar; la fijación es ilusión. La pureza no tiene forma; si defines una forma pura como meditación, el hecho de invitar y recibir este punto de vista obstruirá tu propia naturaleza original, y estarás sujeto al cautiverio por la pureza.
Queridos amigos, si van a cultivar la inmovilidad, cuando vean a las personas, simplemente no vean a las personas correctas e incorrectas, buenas y malas, falsas y problemáticas; entonces su propia naturaleza esencial es inmóvil.

Queridos amigos, las personas ilusas pueden lograr la inmovilidad física y sin embargo, en el momento que abren sus bocas, hablan acerca de lo correcto e incorrecto de los otros, de la fortaleza y la debilidad, de lo bueno y lo malo. Ellos se apartan del camino. Su ustedes se afierran a la mente o a la pureza, esto obstruye el camino.

Queridos amigos, ¿qué significa el término meditación sentada? El estar despegado de las apariencias externas se le llama meditación; el estar libre de perturbaciones internas se le llama concentración. Si ustedes están fijando la atención externamente en las apariencias, su mente está perturbada en el interior; si están desapegados de las apariencias externas, entonces la mente no está perturbada.

La naturaleza esencial original es inherentemente pura y espontáneamente concentrada; es sólo por el pensar acerca de los objetos que uno se llega a perturbar. Si ves todos los objetos sin que tu mente se llegue a perturbar, esto es la verdadera concentración.

Queridos amigos, el estar despegado de las apariencias externas es meditación, el no estar perturbado interiormente es concentración. La meditación exterior con la concentración interior se le llama meditación concentración. La escritura sobre los preceptos para los bodhisattvas dice, "Nuestra naturaleza original es inherentemente pura." Queridos amigos, vean por ustedes mismos la pureza de la naturaleza esencial original en cada momento del pensamiento, cultivándose ustedes mismos, practicando ustedes mismos, y logrando la budeidad por ustedes mismos.

Nuestros Métodos

El método propugnado por la Escuela del Sur de Hui Neng se circuns¬cribe a un único objetivo: el de alcanzar la contemplación de la propia naturaleza mediante el cultivo de la mente; afirma esta escuela, albergando todos en nuestro interior la naturaleza de Buda, sólo podemos acceder a ella median¬te un ejercicio de introspección bien dirigida.
Zuochan (meditación Silenciosa)

La meditación de sabiduría calmada, para la perfecta y súbita iluminación se realiza en posición sentada y también se practica en la meditación caminando y en otras actividades especiales.

Básicamente, la práctica de zuochan (Meditación Sentada) conduce a dilucidar el estado original de uno mismo. Se lleva a cabo en un lugar tranquilo, sobre todo en la sala de meditación (chantang/dojo), ya sea individual o colectivamente. A través de la práctica de zuochan, que es una meditación de auto-despertar, la atención completa está asegurada. Luego, a través de la atención completa, se cultiva el camino que conduce a la iluminación.

¿La iluminación es súbita o gradual? La iluminación siempre es súbita. La práctica es gradual!

Según algunos maestros, zuochan se practica desde tiempos prehistóricos. Zuochan no es una teoría ni una idea, ni un conocimiento o aprendizaje que debe entrar en el cerebro. Es una práctica que va cambiando radicalmente nuestra propia mente. Es la fusión con el universo en que no hay diferenciación entre yo y los demás.

La Meditación Silenciosa o Sentada “Zuo Chan” (Tso-Ch’an)

La meditación sentada (坐禅 仪', o 'Zuo Chan-Yi) que es la puerta del dharma de la alegría y facilidad, puede concentrar la mente dispersa y estabilizar la mente inquieta.

La práctica Chan de la meditación sentada “Zuo Chan” (Tso-Ch’an) (Zazen, en japonés) nos lleva al despertar de la verdadera naturaleza Búdica donde nos damos cuenta que el mundo es un reflejo de la mente, es por esta razón que este método es la realización inmediata y profunda de este hecho.

La mente se da cuenta de su propia esencia y al hacerlo ya no se percibe a si misma ni al mundo como dos realidades separadas, es por esto que contemplamos la naturaleza de las cosas como una sola sin separación.

Nuestra meta es equilibrar la mente y el cuerpo de manera que se convierten en 'uno' sin experimentar ninguna dualidad entre movimiento y silencio, mirando las cosas tal como son en el ya y el ahora, rompiendo con el falso ego que genera el apego nacido de la discriminación de las cosas donde dividimos todo aferrándonos a una idea o un pensamiento.

En la iluminación silenciosa, “solamente sentarse” es sólo el primer paso. Mientras mantienes la postura sentada, se tratar de establecer el estado “silencioso” de la mente. Al final llegas al punto donde la mente no se mueve y está muy clara. Esta mente inmóvil es “silenciosa” y esa claridad de la mente es “iluminación.” Esto es el significado de la “iluminación silenciosa.”

Con todo lo anterior afirmamos que la práctica de la meditación sentada - silenciosa (darse cuenta de Samadhi) es la enseñanza más importante. Si la meditación no es practicada y perfeccionada a través de la realización de una mente tranquila y profunda (Dhyana), entonces no habrá una comprensión completa y ningún sentido de dirección. Por lo tanto la perla de la sabiduría (Prajna) se encuentra cuando el agua esta quieta, si el agua se altera la perla no se puede ver. Cuando la mente se establece pura y clara (como el agua tranquila) dentro de esta claridad la perla de la mente de forma natural se manifiesta.

Cuando llegamos al estado en que no hay pensamientos errantes en la mente, eso se llama Samadhi. En este estado nada ni nadie puede molestarle. Desde el punto de vista del Samadhi, se puede desarrollar la sabiduría del no-ego. Eso es la Iluminación en el budismo Chan o Zen. El alcanzar la Iluminación es verse libre de disturbio mental y enfermedad.

En el momento cuando se está siempre en ese estado sin retroceder, se llama la Gran Iluminación. La versión corta se llama Pequeña Iluminación. Los antiguos problemas pueden aparecer después de que se haya alcanzado este estado, pero el practicante sabrá cómo tratarlos.

Para la meditación sentada o silenciosa tenemos en cuenta:

1. La postura erguida con la columna vertebral recta.
2. Respiración abdominal apacible.
3. Mantener los ojos semiabiertos, con una inclinación de 45º.
4. Manteniendo la postura sentada, tratamos de establecer el estado “silencioso” de la mente y al final llegar al punto donde la mente no se mueve y está muy clara. Esta mente inmóvil es “silenciosa” y esa claridad de la mente es “iluminación.” En síntesis, mirando el pensamiento, soltamos todo lo que aparece en la mente, mirando en el ya y el ahora sin discriminación y dualidad para desvanecer el apego y el falso yo.

El Hua Tou

En nuestra comunidad practicamos el Hua Tou que literalmente significa “cabeza, o la parte más importante o un dicho”. El Gran Maestro chino moderno, Hsu Yun (1840-1959), explica un hua tou como eso que ocurre justo antes de que un pensamiento aparezca en su mente.

Mantener una Pregunta (Llamada en la tradición Chan "hwa tou")

Si tienes una pregunta, esta pregunta te ayudará a practicar. Si la duda es lo suficientemente grande e intensa, las más usuales son: "¿Qué soy yo?", "¿Qué es la vida?", etc. esta duda te proporcionará una mente anterior al pensamiento. Deja de lado todo pensamiento, todas las opiniones y deseos y continuamente retorna a la mente que se pregunta.

Para realizar el hua tou, el practicante recita la frase o el fragmento de una manera cuestionadora pero sin teorizar ni analizarla para encontrar una respuesta. Si usted tratara de razonar acerca del significado del hua tou, esto sería como mirar la cola del pensamiento, no la cabeza.

En teoría, investigar el hua tou significa examinar eso que ocurre antes de que aparezcan los pensamientos, pero, ¿qué es lo que yace antes de que los pensamientos aparezcan? ¿A qué apunta el hua tou? A nuestra mente original, nuestra mente liberada. A esta también se le llama la “mente-buddha”. Entender esto conceptualmente no es suficiente; realmente no influencia nuestras aflicciones y problemas de la vida.

Cada uno tiene que experimentar esto personalmente. En la práctica tiene que abandonar los conceptos, el conocimiento y las experiencias previas hasta que el hua tou se convierte en la única cosa en su mente, donde hay que reventarse a través del mismo hua tou.

Los Sutras

La recitación de Sutras son discursos, enseñanzas del Buda, en nuestra comunidad y linaje practicamos y leemos principalmente el Sutra del Diamante, Sutra del Corazón, Sutra Surangama, Sutra Lankavatara, Sutra del Loto, Sutra del Dharmmapada (por su antigüedad), el Sutra de la Tierra Pura, Sutra de Hui Neng y otros Sutras Mahayanas.

La práctica de los Mantras y el Nien Fo

La recitación de mantras en nuestra comunidad es una práctica meditativa cuyo propósito principal es ayudarnos a concentrar y calmar la mente.

Usar un mantra para calmar la mente y fortalecer el centro (Tantien) es una técnica utilizada por los estudiantes Chan. La principal diferencia entre los mantras radica en la duración del mantra y en la dirección del mantra. Generalmente cuanto más incesante es el pensamiento, más corto es el mantra.

La práctica usual consiste en recitar el mantra constantemente prestándole atención y dejando que todo otro pensamiento disminuya. Esto lleva cierta práctica debido a que es muy fácil dejar que una parte de la mente 'cante' el mantra mientras que la otra esté pensando en la cena o en una película del cine.

Cuando esto ocurra, vuelve a traer tu mente amablemente para prestar atención al mantra sin juzgar nada ni preocuparte de sí estás o no muy despistado.

Uno de los mantras más comunes para dar un ejemplo del ejercicio de respiración y recitación

Mente Clara, Mente Clara, Mente Clara -- No sé

Este mantra es normalmente aconsejado a los principiantes junto con un ejercicio de respiración. Inspira mientras repites mentalmente 'Mente Clara' tres veces (Mente Clara, Mente Clara, Mente Clara) y luego espira pensando 'Nooooooooo seeeeeeeeeeeeeeeeé' una vez durante toda la duración de la espiración. La duración de la inspiración y de la espiración varía con cada persona, sin embargo la duración de la espiración debería aproximadamente el doble de la inspiración, si es posible. Es importante permanecer relajado y no forzar en ningún momento la respiración.

Esta es generalmente, una de las prácticas más fáciles.

Práctica del Nien Fo

Practicamos en nuestra meditación de forma especial poniendo un gran énfasis en la recitación del Nien Fo:

(FE) + NIEN FO = (NACIMIENTO EN LA TIERRA PURA)

El Nombre del Buda Amitabha es mucho más que simplemente seis caracteres. Él conlleva el Amor y la Compasión Puros. Es la forma en que los seres sintientes despiertan a su verdadera naturaleza cuando la mente entra en estado de pureza que significa una mente sin apegos y dualismos, convirtiéndose así la tierra pura en una mente pura donde el Buda Amitabha y los seres sintientes son uno, despertando a la verdadera naturaleza. El Buda no está separado de nosotros y por esa razón recitamos su nombre. El Voto del Nien Fo fue hecho simplemente para todos, así que debemos recordar a Amitabha diariamente y decirle: “Xie xie Amito Fo” (Gracias Buda Amitabha) a través de la recitación del Nien Fo:


NAMO AMITO FO
NAMO AMITO FO
NAMO AMITO FO

Los Encuentros y Retiros

Se realizan las prácticas en las comunidades donde se tiene en cuenta los retiros programados para una intensiva práctica de la meditación sentada (zuochan) y el hua tou, teniendo en cuenta la respiración saludable, la meditación caminando, las preguntas en comunidad que se le hacen al Maestro que dirige el retiro o encuentro en la sangha.

El Estudio del Dharma

También se realizan estudios y charlas sobre el Dharma y la práctica para el conocimiento del aspirante, upasaka o simpatizante y religiosos – clérigos.

martes, 7 de enero de 2014

MORIR... ¿A QUÉ EDAD?

Un hermoso cuento del libro de Henry Brunel, Los más bellos cuentos Zen. El cuento se titula: Morir... ¿A qué edad?

MORIR... ¿A QUÉ EDAD?
El hombre tiene el destino de la chispa. Louis AragónElsa
Ryokan, el poeta del siglo XVIII, el San Francisco de Asís del budismo, que sabía hablar a las plantas, los insec­tos y los pájaros, era conocido en el Japón por su sabiduría y la eficacia de sus kitos (ceremonia para que sea atendido un voto). De todas partes del país acudían a consultarle y a pedirle que intercediera ante los dioses.
Y resultó que una mañana se presentó ante su choza de ramas un honorable monje, muy delgado, y reseco por la edad.«Me honra tu visita, santo monje, dijo Ryokan. Tu fama de bondad ha llegado hasta aquí; ¿qué deseas?Quisiera un kito —dijo el hombre, acariciándose la barba, corta y blanca.Con mucho gusto —dijo Ryokan—, ¿y qué deseas?Quisiera que mi vida sea larga...¿Qué edad tienes ?Ochenta años desde la última floración de los cere­zos.¿Y hasta qué edad tengo que pedir a los dioses que se prolongue tu vida?—Cien años. Cien años me parece una buena cifra; sí, cien años está bien.
—Estoy asombrado por la modestia de tu petición —di­jo Ryokan—. Si has venido de tan lejos para pedirme este kito, ¿por qué contentarte con cien años?
—La verdad es que incesantemente voy prodigando a mi alrededor sabiduría e influencia benéfica —suspiró el visitante—; ¡qué no haría si viviese más! Digamos ciento veinte o ciento treinta; o pongamos una cifra redonda: ciento cincuenta años. ¿Es posible?
—Por supuesto —dijo Ryokan—; entonces, decimos ciento cincuenta años. Mis kitos son muy precisos, de modo que te voy a preparar uno para ciento cincuenta años exactamente. Pero ¿te lo has pensado bien? Tienes ochenta años: te quedarán por vivir setenta, menos de lo que has vi­vido; pero bueno, eso es lo que deseas, y tú eres un hombre sabio y poco exigente.
—Espera un momento, ahora que lo dices —interrum­pió el octogenario—. Es verdad que setenta años son po­cos, porque estos primeros ochenta años se me han pasado como un sueño, y me parece que fue ayer cuando jugaba con mis hermanos y hermanas en el jardín de mis padres.
—La segunda parte de la vida —señala Ryokan— es como la otra vertiente de la colina, se baja más deprisa de lo que se ha subido.
—¡De acuerdo, me rindo a tus argumentos, sabio Ryo­kan, hazme un kito para... digamos... trescientos años!»
Ryokan se rasca la cabeza y no se mueve.
«Bueno, ¿a qué estás esperando? —pregunta impaciente el visitante—, ¿mi petición es excesiva? —añade in­quieto.
—No, no, estaba pensando —dice Ryokan—. En el fondo, ¿por qué pararte en trescientos años? Cuentan que hay tortugas que viven mil años, y las grullas... ¿Por qué sólo trescientos?
—¿Mil años? Buenooo..., al fin y al cabo..., la perspec­tiva no carece de alicientes. ¡Tengo tantas buenas acciones que hacer, y podría hacer tanto bien en mil años!»
Ryokan no se mueve y parece perplejo.
«Santo monje, es que sopeso tus palabras y me doy cuenta de lo valiosísima que es tu vida; la mejor solución sería que no murieses.
—¿Podrías hacerme un kito que me impidiese morir?
—¡Sí, pero sería muy caro, carísimo, y muy difícil!
—Estoy dispuesto a pagarte lo que haga falta, a practi­car los más duros ejercicios; me has convencido, noble Ryokan; te lo ruego, haré cuanto exijas, pero hazme el kito que me hará inmortal».
A partir de aquel día, Ryokan tuvo en su humilde cabaña de ramas a aquel viejo procedente del norte. Cortaban juntos la madera, iban juntos a buscar el agua al río, dormían en el mismo suelo de tierra apisonada, y rezaban y meditaban durante largas horas. Se comían el bol de arroz o se reían al contemplar el vuelo de un arrendajo torpe. En primavera, Ryokan compuso unos poemas:
Este mundo
no es otra cosa
que flores de cerezo
y también
El ruiseñor
me despierta del sueño,
mi arroz de la mañana.
o bien
La barca del arroz
se dirige
hacia la luna del tercer día
Así fueron pasando un invierno, una primavera y un verano.
Una tarde de final de verano, estaban sentados los dos ante la cabaña, contemplando la primera bandada de ocas salvajes, cuando Ryokan dijo:
«Mañana voy a proceder a la ceremonia del kito que te hará inmortal, como habíamos convenido.
—La verdad es que ahora no entiendo —dijo el octo­genario soñador acariciándose la barba, ya muy crecida— por qué te pedí aquel kito».
Lo finito es lo infinito, y lo infinito es lo finito. El pre­sente es la eternidad.

lunes, 6 de enero de 2014

Otro cuento de Lie Tse: El Miedo de Lie Tse

Me gusta este cuento, aunque tiene un sabor agridulce. Me recuerda la sexta practica del Noble camino octuple: El Esfuerzo correcto, aunque como siempre están presentes los otros, la visión o comprensión correcta, el pensamiento o determinación correcta, el Actuar correcto, incluso el Hablar correcto y la Consciencia del momento correcta. Los dejo que disfruten el cuento y que lo comenten:

El miedo de Lie Tse


Lie Tse había emprendido el camino hacia el reino de Chi cuando decidió volverse. En la ruta se encontró a uno de sus anteriores maestros, Po-hun, quien le preguntó: «Estabas yendo a Chi; ¿por qué te vuelves?».

Lie Tse respondió: «Porque tengo miedo».

«¿Qué es lo que hay que temer?»

«Comí en diez posadas y en cinco de ellas me sirvieron antes que a nadie.»

«¿Cuál es el problema?»

Lie Tse respondió: «Se me ocurrió que mi ego estaba obteniendo lo mejor de mí y que yo estaba exigiendo una especie de respeto o haciendo que las personas pensaran que yo soy un hombre importante. Esto hizo que los posaderos me dieran un trato preferencial. Si esto continúa, tendré problemas».

Lie Tse continuó: «Los posaderos no ganan demasiado y, sin duda, no tienen mucho que decir en política. Si personas con tan poco que obtener hacen tan buen negocio conmigo, entonces tendría realmente problemas cuando los generales y los jefe del estado acudieran en pos de mi consejo. De esto es de lo que tengo miedo».

Po-hun comentó: «¡Buenas observaciones!, pero déjame decirte algo. Incluso si te quedas y no vas a Chi, otras personas no te dejarán tan facilmente tranquilo».

Lie Tse nunca fue a Chi. En vez de ello decidió establecerse en un lugar tranquilo. No mucho después, Po-hun acudió a visitarlo. Viendo los zapatos de muchos visitantes a la entrada de la casa de Lie Tse, Po-hun permaneció fuera, se apoyó en su bastón y se marchó sin decir una palabra.

Cuando Lie Tse se enteró de que su antiguo maestro se había quedado a la entrada de su puerta, corrió descalzo y alcanzó a Po-hun, diciendo: «Maestro, puesto que has venido, ¿por qué no has entrado y me has instruido?».

Po-hun respondió: «No tengo nada que decir. Ya te previne de que la gente no te dejaría irte tan fácilmente. Ahora ha sucedido. Las personas acuden a ti no por ser capaz de permitirles que te respeten, sino porque no puedes impedirles que lo hagan. Tú exhibiste tu virtud y tus logros, y has atraído a las personas para que acudan a aprender de ti, y ni estas personas ni tú os beneficiáis de esto. Ellos te halagan, y tú les dices lo que quieren oír. Os utilizáis mutuamente y nadie se ilumina».